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martes, 11 de abril de 2017

de pronto encontramos a Ulf Borelius autor de un mastodonte tratado sobre "la teología de Liberación", mi vecina bonaerense, mi testimonio de mi cercanía a la opción por los pobres y mi lucha por la Justicia Social.


de pronto nos enontramos en la cafetería del salón parroquial de Cristo Rey donde concurrimos habitualmente y participamos de los servicios religiosos que en diversos idiomas tienen lugar en el templo principal de la Comunidad Católica compuesta por unos 25 mil católicos militantes distribuídos en cinco templos, Cristo Rey, San Pablo, San José, Convento de Johannes Gården y Maria Magdalena, sin haberlo planeado estamos aquí para escuchar una disertación sobre la Teología de la Liberación.

la teología de la Liberación se define simplemente como un regreso al Evangelio. Dios toma aquí el partido de los pobres, los pobres que son actores en el Reino y por tanto deben protagonizar la historia de la humanidad. En efecto es Ulf Borelius que escribió un grueso volumen sobre el tema, bien documentado e indiscutible que comienza poniéndole un límite de 20 minutos a su charla.

según esto los sacerdotes deben servir y vivir del lado de los más débiles, y la estructura económica tiene que modificarse, hasta hacer posible la igualdad entre todos los seres humanos. ya los primeros pastores que escriben "la teología..."dicen se inspira en las bienaventuranzas, que como sabemos son las promesas contenidas en el Evangelio a todos los que padecen hambre y sed de justicia.

de qué le vale al hombre el disfrute de los bienes materiales si antes no ha nutrido su espíritu con la educación, por ello "la teología..." insiste en extender el beneficio del conocimiento a todos los fieles, especialmente a los más pobres, y a los Niños y jóvenes y que el poder esté por encima del posesionamiento social entre personas, no solo entre instituciones. los estudiosos senalan que este punto, provocó la mayoría de los conflictos en las sociedades en formación, las jovenes democracias de América Latina y los gobiernos que se entrenaron en el uso de la democracia, como el instrumento de la revaloración humana.

de nuevo celebro la Providencia que me ofrece oportunidades increíbles, la de hoy tener por c.c. de mesa una hermana argentina que viene justamente de Buenos Aires, donde pasé mi exilio de 180 dias y que tengo relatado en mi primera obra "Gotemburgo Destino Final", allí habla de cómo el Régimen de García Meza habiéndome tomado preso, habiéndome incomunicado y expulsado de La Paz, a Buenos Aires el 6 de febrero de 1981 me trasladó a via aérea a la Argentina y me dejó abandonado a mi suerte sin dinero, sin documentación, sin ropa, fue como lanzarme a "la jungla sedienta de víctimas" donde el menor descuido me habría entregado en manos de la "oscura inteligencia militar" que bajo las consignas del Plan Cóndor ya se habría cobrado en Argentina algunos miles de víctimas...qué casualidad, cuando le contaba a mi vecina de mesa el periplo por las calles de la gran urbe, se presenta Ulf Borelius y comienza su charla y deja en la mesa para circular su inapreciable testimonio.

habían pasado unos pocos dias de mi presencia en Buenos Aires, aturdido y sin poder hilvanar las ideas, todavia semiinconsiente de lo que me estaba sucediendo, la detención, la prisión, y luego de unos 10 dias el abordaje del avión del LAB, cuando Vicky Calderón se me acerca al nomás descender del vehículo de seguridad que me llevó de la prisión estatal (la caballeriza del Congreso) a pocos pasos de la Plaza Murillo o sea del Palacio de Gobierno, al aeropuerto "te van a deportar, me dice Vicky, aquí tienes tu pasaje hasta Ezeiza que se llama el gran aeropuerto bonaerense.

aquel atardecer había dormido varias horas seguidas presa de un agotamiento total, totalmente solo y sin otra presencia que la de Dios a quién no dejé de invocar a toda hora..."necesito una senal, un signo para saber qué conducta debo asumir..." y entonces me dirigí al templo más cercano. el hotel en que precariamente me encontraba Savoy en avenida Callao queda cerca del templo jesuíta de El Salvador donde me dirigí de prisa, pedí perdón por todos mis pecados, me entregué a la Providencia Divina y oré "hágase tu Voluntad", al salir de regreso al hotel, el rostro cubierto de lágrimas me detuve en el escaparate de una librería, "librería San Pablo" y vi los textos a la verdad "la teología de la Liberación", me sentí identificado e ingresé al espacio relativamente pequeno y con voz algo tonante "alguno de ustedes me podría decir dónde queda la Asamblea de Derechos Humanos?" y uno de ellos de apellido Airala, Alberto es otra casualidad tiene el mismo apellido mio y él hace de angel guardián y me conduce a la oficina principal de los DDHH. ahí empieza otro capítulo de mi existencia.

la teología de la liberación continúa su batalla con los sacerdotes obreros en Italia y Francia, aunque sus obispos retroceden ante la gran oposición de los duenos del capital, algunos de estos sacerdotes se unen a las guerrillas que empezaron en América del Sur y a los movimientos políticos y sindicalels en Europa que aportarían contingentes importantes a los partidos y al movimiento de reivindicación social que prosiguió sin parar hasta cerca del ano 2.000.

el siguiente paso sería el Vaticano II y para el Sur, la Conferencia de Medellín, los obispos marcan su predilección por los pobres y alientan la lucha por la Justicia Social como habían senalado las encíclicas. se produce el cambio, que no ha terminado, aunque sí ha cobrado nuevas figuras como el neopopulismo, el narcotráfico, las pseudo democracias y la corrupción.


















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