En nuestros países sucede que los hijos no se van de casa, sino cuando se casan en Suecia todos quieren marcharse cuando cumplen 16 o 18 años y es que vida de familia se organiza de una forma bastante distinta a la nuestra. Para empezar cada uno debe atender a sus rutinas, a las necesidades de sus horarios, cuidar su propia economía y administrar su propio horario. De este modo resulta tan difícil quedarse en casa. Así María del Rosario y América de Jesús mis hijas mayores que llegaron a Suecia el primer día de febrero, ahora que es verano, el tiempo está espléndido y tienen su economía propia, se marchan de la casa, para empezar a vivir solas. Es un trance que cuesta digerir, pero es un hecho que hay que aceptarlo, cuidando eso sí, que nada les falte y que todo vaya bien. Ellas tienen un carácter firme, saben cuidarse así mismas y estoy confiado en que todo marchará bien. Por el momento estarán alojadas donde una dama latina, con varios años en Suecia que les dará todas las orientaciones del caso. Arturo el hijos mayor se marchó al campo con un amigo sueco donde pasarán la fiesta del sol en forma más divertida. Los tres hijos menores Mauricito, María Luisa y Joaquín se hallan en un campamento para jóvenes organizado por las autoridades sociales para ambientarlos con la tradición. Van acompañados por guías y pedagogos donde vivirán en contacto con la naturaleza, se deslizarán en canoas, podrán nadar, caminar a pie, pedalear bicicletas. Nos llaman de cuando en vez y están al parecer muy felices. Nosotros solos, vemos la televisión un film tras otro, "Motín a bordo" con Clark Gable y Charles Laugton filmado en 1935, yo me insumo en mis lectura, leer y más leer, mientras contemplo a través de los ventanales de la sala de estar, la agradable variación de matices luminosos en el cielo escandinavo, esta vez con bastantes nubes, en esta región del mundo tan distante de nuestra Bolivia, la patria cuyo nombre escribimos con mayúscula y que en invierno y en verano, de día y de noche, con el sol y sin él, nos llama siempre y nos espera... tras un destierro que se acerca rápidamente a los 40 meses de forzada ausencia.
24 de junio de 1984