Vistas de página en total

domingo, 26 de agosto de 2007

"Vámonos de aquí, que aquí seremos siempre extranjeros"

Papa, vámonos de aquí! Aquí siempre vamos a ser unos extranjeros! Hijo, también en Bolivia hay miramientos con los extranjeros. La gente suele ser odiadora. Sí, pero no tanto como aquí, en este país aprovechan cualquier pequeño problema para descargar toda su ira en los extranjeros!
El hijo que está pasando el servicio militar dialoga animadamente. Calmado, pero muy seguro.
Sí hijo...vámonos de aquí. Ello significa preparar el retorno. Qué podemos llevarnos de Suecia?
Hay posibilidad de llevarnos algo? La pregunda queda flotando hasta que la responde él mismo: Nada hay que podamos llevarnos! Sí, aún sin nada, allá nos tratarán como personas, con bondad. El capitán de mi compañía me dijo que como yo tenía acento extranjero, él tenía que hacer un esfuerzo para escucharme y entender lo que quiero decir. Qué curioso, nunca hasta antes había tenido dificultad en hacerme entender, pero este oficial nos castigó a todos durante una hora porque algún soldado había dejado abierto un ropero.
Así las cosas! Extranjeros aquí, extranjeros allá! El problema de fondo es la pobreza que te hace sentir inseguro, débil y a veces impotente. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo. El rico no es extraño en ninguna parte y donde se encuentre es bien venido. El extranjero si es pobre, siempre será molestoso, un estorbo, de quién todos huyen y le vuelcan la espalda y lo aceptan sólo cuando y porque lo necesitan como fuerza de trabajo, como prestador de servicios.

Oración para cada día

Que arda siempre, como la lamparilla del Sagrario, sin consumirse. Que tenga fe! y que la tenga en abundancia. Ay!, cómo cuesta tener fe! Creer sin ver y sin embargo creer Que tenga amor, capaz de dar sin esperar nada! Un renunciamiento total, en que sólo importe el interés del alma, de las cosas de Dios.
Que tenga caridad, para poder entender a mis seres queridos, amarlos como son, con todas sus cualidades y todos sus defectos. A mi prójimo, sin despreciarlo jamás, aunque el prójimo haga nada por ser simpático y menos pesado.
Que sea diligente en tu servicio, sin olvidarlo nada, cumpliendo con fidelidad y alegría mis deberes. Que no pierda jamás la esperanza de un mundo mejor! Que persevere y tenga paciencia para soportar el frío, el hambre, la falta de amor, la ingratitud y el olvido.
Que sea constructivo. Capaz de ver en todas las cosas la voluntad de Dios y sacar del mal el bien y convirtiendo cada acontecimiento de mi vida en un ofrecimiento de fe a mi Señor!