Que arda siempre, como la lamparilla del Sagrario, sin consumirse. Que tenga fe! y que la tenga en abundancia. Ay!, cómo cuesta tener fe! Creer sin ver y sin embargo creer Que tenga amor, capaz de dar sin esperar nada! Un renunciamiento total, en que sólo importe el interés del alma, de las cosas de Dios.
Que tenga caridad, para poder entender a mis seres queridos, amarlos como son, con todas sus cualidades y todos sus defectos. A mi prójimo, sin despreciarlo jamás, aunque el prójimo haga nada por ser simpático y menos pesado.
Que sea diligente en tu servicio, sin olvidarlo nada, cumpliendo con fidelidad y alegría mis deberes. Que no pierda jamás la esperanza de un mundo mejor! Que persevere y tenga paciencia para soportar el frío, el hambre, la falta de amor, la ingratitud y el olvido.
Que sea constructivo. Capaz de ver en todas las cosas la voluntad de Dios y sacar del mal el bien y convirtiendo cada acontecimiento de mi vida en un ofrecimiento de fe a mi Señor!
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