Papa, vámonos de aquí! Aquí siempre vamos a ser unos extranjeros! Hijo, también en Bolivia hay miramientos con los extranjeros. La gente suele ser odiadora. Sí, pero no tanto como aquí, en este país aprovechan cualquier pequeño problema para descargar toda su ira en los extranjeros!
El hijo que está pasando el servicio militar dialoga animadamente. Calmado, pero muy seguro.
Sí hijo...vámonos de aquí. Ello significa preparar el retorno. Qué podemos llevarnos de Suecia?
Hay posibilidad de llevarnos algo? La pregunda queda flotando hasta que la responde él mismo: Nada hay que podamos llevarnos! Sí, aún sin nada, allá nos tratarán como personas, con bondad. El capitán de mi compañía me dijo que como yo tenía acento extranjero, él tenía que hacer un esfuerzo para escucharme y entender lo que quiero decir. Qué curioso, nunca hasta antes había tenido dificultad en hacerme entender, pero este oficial nos castigó a todos durante una hora porque algún soldado había dejado abierto un ropero.
Así las cosas! Extranjeros aquí, extranjeros allá! El problema de fondo es la pobreza que te hace sentir inseguro, débil y a veces impotente. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo. El rico no es extraño en ninguna parte y donde se encuentre es bien venido. El extranjero si es pobre, siempre será molestoso, un estorbo, de quién todos huyen y le vuelcan la espalda y lo aceptan sólo cuando y porque lo necesitan como fuerza de trabajo, como prestador de servicios.
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