En Australia no gobierna Zapahuero pero lo parece; las autoridades australianas quieren borrar expresiones históricas del tipo “Antes de Cristo” o “Después de Cristo”. Cristo es un estorbo y por eso conviene eliminarlo hasta como referencia temporal. La cultura cristiana, en nombre del soplapollismo, quiere borrar a Cristo incluso para marcar la Historia.
Sobre Cristo y la cultura cristiana se ha edificado el mundo actual, de Él parten nuestros valores de siglos, nuestras costumbres y nuestros aciertos sociales, ¿quién defendió más o mejor que Él a los parias de la vida?, y en Él se basan el teatro, la música y la arquitectura entre otras artes. Pero de pronto parece que ser cristiano es un contravalor. Nada hay como un ateo o un agnóstico, lo fácil es echar la culpa al empedrado comunista o marxista, culpa que no niego, olvidándose de las culpas del capitalismo que sólo nos valora por nuestra capacidad de producir y consumir, para el que sólo somos objetos de producción, mercaderías a la venta y consumidores obsesos.
Cristo echó a los mercaderes del templo, pero éstos han vuelto por la puerta de atrás y se han apoderado del mundo. Sólo les interesamos como objeto de explotación. Por eso Cristo estorba a unos y a otros, somos tan gilipollas que les dejamos hacer, mientras sonreímos, creyéndonos el colmo de la progresía. O de la pijotería, tanto da.
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