"Lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. Este dicho de Jesús dirigido a San Pedro, según el evangelio de Mateo, se refiere el poder petrino. Pero también el mismo evangelista en el capítulo 18, 18 repite la frase pero esta vez no dirigida únicamente a Pedro, de modo que nos la podemos imaginar dirigida a cada uno de nosotros, pues todos podemos atar o desatar.
Si somos generosos podemos desatar las cadenas del hambre que oprimen a tantos seres humanos, pienso en la tragedia en el Cuerno de África, y sin ir tan lejos a muchas personas cercanas que aguantan hambre por la penuria económica de nuestro país.
Si damos la mano al hermano humillado, maltratado, atribulado desatamos las cadenas que le oprimen. Si me acerco al que va errado y lo ayudo a salir de su error lo desato de su mal camino.
Pero si doy la espalda a quien me pide ayuda, le estoy atando a su infortunio y no se cumplirían en mi el deseo de aquel canto catalán que dice: “Si tu desnues lligams de servitud i si alliberes l’home encadenat, la nit del teu camí serà com llum a ple matí” (Si desligas las ataduras de servitud y si liberas al hombre encadenado, la noche de tu camino será como luz en pleno día). Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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