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lunes, 2 de noviembre de 2015


se nos marchó Bicho Béccar brillante periodista

Mauricio Aira

más veloz que la radio y que la televisión, Facebook llega en forma directa y penetrante. no toca la puerta ni hace ruido alguno. simplemente está ahí el mensaje que puede provocar un infacto, por lo inesperado y cruel, por lo sorpresivo y abrumados.

Carlos Béccar (ha muerto) y aparecen como por arte de magia los avisos de pesar, la condolencia de los hijos primero, luego de hermano y cuñadas, de los amigos de aquí y de allá. "es que no lo puedo creer si hace poco hablé con él y como siempre Bichito desplegaba buen humor y decía cosas graciosas y actuales, como periodista que fue desde siempre. y entonces, nos llega a la mente, recuerdos que están "como si fuera ayer" cuando llegado hacia pocas semanas de La Paz a Cochabamba, don Arturo Dabura (que sería mi suegro tiempo después y a quién proferí un amor filial) convocó a una conferencia de prensa en su domicilio.

siempre de pluma galana, ilustrado y culto, su vocación democrática y sus convicciones cívicas que afloraron siempre a través de sus escritos, hicieron del cochala uno de los periodistas más prestigiosos, siempre en la línea de honestidad y amor por Bolivia. fue un honor ser amigo suyo y compartir ideales comunes por una Bolivia, como el hogar feliz de todos los bolivianos.

Carlos Béccar director del diario Prensa Libre de la General Achá, estuvo presente a hora puntual y René Rocabado, y Oscar Terrazas, y Ernesto Aguero, y José Maldonado y este cronista, muy pronto nació entre nosotros una amistad espontánea, singular de colegas, pero también de amigos comunes. los encuentros en ruedas de prensa se repitieron con bastante frecuencia, habida cuenta que el General René Barrientos presidente de Bolivia, me pedía convocar a conferencias de prensa dos o más veces cada mes en la ciudad de Cochabamba. un amigo común Francisco Baldi el Alcalde de la ciudad, me llamaba muy temprano "sabes, René me ha pedido que reunas a los periodistas en su casa, en el Palacio de la Cultura, en el hotel tal o cual...y claro mi secretaria Elsita Loredo (mi ahijada además de matrimonio) al primero en llamar a Carlos Béccar.

se produjo entre nosotros una química especial de fraternidad y se fue estrechando...tiempo despues Barrientos había fallecido en un accidente de helicóptero, cuya autoría, o sea el siniestro de la nave aérea no está del todo aclarado y sobre el punto tengo consideraciones y revelaciones que formular...en lugar de Director de Radio Nacional, me desempeñaba como Director de Radio Sol, propiedad de don Juan Arriarán y Roberto Cobarrubias que vieron por conveniente nombrar a Carlos Beccar, Jefe de Prensa de modo que la relación de amistad se estrechó más, éramos ya colegas y muy cercanos el uno del otro, la emisora se instaló en la calle Jordán esquina Nataniel Aguirre, segundo piso donde nuestro encuentro era de cada día.

pasó otro lapso y Carlos muy amigo del General Bánzer se había trasladado a los EEUU donde por corto período trabajó en la Embajada de Bolivia allí contrajo matrimonio con Teresita Díaz cuya hermana Consuelo estaba felizmente casada con Ernesto Béccar (Lido) hermano mayor de Bicho, formaron entonces una sola familia, muy unida y muy solidaria por muchos años, aunque por razones prácticas Teresita y Carlitos se mudaron de Cochabamba a Tarija, donde administraron un hotel, que más tarde adquirieron en base al esfuerzo y a las iniciativas creadoras de una pareja muy unida.

luego nos tocó vivir la pesadilla de la persecusión política, primero detenciones por orden de Bánzer en tres o cuatro ocasiones diversas, la última en La Paz, en las caballerizas del Congreso (calle Potosí frente a la Prefectura hoy Gobernación) detención, bajo la acusación de haber debelado en Los Tiempos y Radio Cosmos, la masacre de Tolata) y que concluyó con el nombramiento del General Juan Pereda como ministro de Gobierno, quién ordenó mi puesta en libertad. en este viaje veloz por el tiempo que transcurre del cortísimo gobierno de Pereda al de García Meza, de nuevo soy detenido en La Paz y colocado en una casa de Seguridad de Sopocachi donde Luis Arze Gómez dispone mi exilio a Buenos Aires, donde permanezco por el espacio de 6 meses hasta recibir la visa de residencia y permiso de trabajo en el Reino de Suecia, por mediación de la oficina de la ONU (ACNUR) en Argentina.

lo cierto es que había perdido de vista a mi entrañable amigo Carlos Béccar al que reencuentro en uno de los varios viajes de Suecia a Bolivia, que Jenny Dabura mi esposa y yo, aprovechamos para reencontrar a nuestros viejos amigos y familiares. Jenny mantiene una lealtad y constancia hacia su amiga de la niñez y juventud Consuelo Díaz que nos conduce a reencontrar a Teresita y Carlos instalados cómodamente en Tarija. fueron encuentros distanciados hasta que Carlos perdió a su queridísima esposa con inmenso dolor y tuvo que retornar a Cochabamba su ciudad natal. Con su retorno a la llajta, y nuestras visitas periódicas refundamos nuestra relación casi siempre en el entorno familiar.

conversación frecuente, añoranza de amigos comunes, de recuerdos vividos en el mundo periodístico y políticos y apelando a la prodigiosa memoria de Bicho, reconstruir lugares, episodios, personajes del pasado. oh! Carlos! cuánto recuerdo y fue tu sobrino Peter Béccar seriamente ocupado en la investigación del árbol genealógico de los Béccar Díaz, que te encomienda una y otra vez, tareas de averiguar la historia y la suerte de personajes qaue están en el frondoso árbol, todavía mantenido en el secreto familiar, con el fin de documentar las biografías de los más sobresalientes ancestros que precederán a la historia dos veces centenarias de estas familias, con revelaciones sorprendentes y trascendentes.

la pluma quiere seguir corriendo, porque los recuerdos están ahí en el almacén de la computadora personal que cada uno de nosotros tiene en algún lugar de su cerebro, sin embargo el dolor por la pérdida del amigo, la tristeza porque este recuento no podrá continuar como antes, nos frena y le ponemos punto final, no sin antes acudir a los hijos de Teresa y Carlos, a sus nietos, a su entorno para ofrecerles un fraternal abrazo de amistad y de esperanza. Paz en sus tumbas.

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