Pon tus palabras en mis labios! Deja que tu Paz, tus enseñanzas y consejos se viertan a través mío en los seres que amo y que caiga esa tu Sabiduría en tierra fértil. La primera palabra es Perdón. Qué necio fui, cómo me separé de tu amor, cómo dejé que mis malas acciones dañaran el lazo de unión que había entre nosotros. Quiero obtener tu perdón y volver a ser tu amigo.
Debo decirle a mi hijo que sólo hay un verdadero y profundo amor. Que el amor de las muchas, muchas veces termina con el fin del placer, con la ilusión de querer construir algo y al saber que nos decepciona, nos deja, nos abandona, por ello cuánto vale de verdad, conocerte a Ti Señor, profundizar en tu amistad y en los más puros sentimientos que nacen de la fe, de la esperanza y promueven a la caridad!
Haz, te lo pido que mi hijo comprenda que sólo hay una pena grande, irreparable, y esta es la pena de perderte a Ti, como amigo, como hermano. Todo lo demás es nada, pequeño, despreciable, sin valor. Haz que mi hijo, lo comprenda así y te ame!
20 de septiembre 1986
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