Hoy es un verdadero día gris.
Todo el cielo está cubierto de una capa plomiza, abajo hay neblina, llueve de rato en rato y ayer nevó por la primera vez en la entra del nuevo invierno. Uno se adormece con un tiempo así, no le quedan deseos de hacer nada, más aún si no hay perspectivas halagadoras por delante.
En la vida de uno también hay períodos nublados, sin un sólo rayo de esperanza. La falta de alicientes nace de un descontento consigo mismo, de un no encontrarse que a veces se da, de una manera negativa y acomete la depresión.
Los niños nunca se deprimen, qué felices que son!, siempre están pensando en el próximo juego, en el minuto inmediato, nunca en el más allá, sino no serían quizá tan felices como son.
25 noviembre 1983
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